- País: España
- Ciudad: fotógrafo de bodas en Barcelona,
Seleccionar a un buen fotógrafo de bodas en Barcelona, es tan complicado que prácticamente siempre y en todo momento se padece en el intento. Ciertos fotógrafos poseen una cámara para captar el deseado instante de una pareja, lo hacen solo para ganarse la vida mientras que llega la ocasión de hacer otra clase de fotografías. Quizás por esta razón, no muchos son los que teniendo un buen criterio estético, se toman ese trabajo como un auténtico oficio. ¿Quién no se ha reído, al ver ciertas fotografías de recién casados en los escaparates de los estudios fotográficos? Pues a eso me refería.
La fotografía de bodas, es una de las mejores formas de conocer de qué forma cambia un país. Para asegurarnos, basta con repasar ciertas fotografías de algún cronista social, que inmortalizó con su cámara a lo largo de décadas, las bodas que se generaban en la España de nuestros padres y abuelos. Todos tenían en común, un estilo directo que nada debe ver con los documentales que se hacen ahora.
El empleo de la eficiencia, es algo que llevamos bastantes años apreciando en los álbumes. Antes que la fotografía se digitalizara, bastantes personas que se dedicaban a retocar fotografías, hacían su buen negocio con esa clase de encargos. Con sus pinceles, suprimían las manchas de polvo que hubiera podido deparar el revelado, más asimismo aumentaban los tonos de color de los labios o bien borraban las imperfecciones del semblante de la pareja. Asimismo era frecuente, el empleo de filtros en el propósito de la cámara, para conseguir cosas singulares de lo más melosas, como los conocidos diluidos.
Más, lo que volvió de insensatez a los estudios fotográficos del ramo, fué el Photoshop. Tras múltiples años empleándolo en backlinks nupciales el cómputo es siniestro, puesto que muchos lo utilizan como verdaderos locos del pixel. El pretexto acostumbra a ser, el de ofrecer documentales de boda diferentes. La carencia de práctica en el empleo de la herramienta y un criterio estético inútil con el que en en ocasiones se emplea, ha creado genuinas barbaridades.
Cada vez, son más los fotógrafos indignados, frente al anárquico nivel de los documentales que efectúan muchos colegas. Algo que provoca por si fuera poco, el hartazgo de sus clientes del servicio. Esto nos hizo visitar wolfphotographers, como especialistas del tema para que nos dieran consejo. Así que vamos a ver las formas de enfocar un documental de bodas que nos indican.
Inspiración en el fotoperiodismo.
Cada vez son más abundantes, los que hacen documentales de bodas tal y como si se tratara de un proyecto periodístico. En esa corriente, en este país las fotografías siempre y en todo momento se efectúan como regla en blanco y negro, que nos recuerda a los iniciadores de la mítica Agencia Magnum, son fotografías que escapan de lo repelente.
Todavía hay algo más horrible que un álbum de boda horrible: un vídeo de boda igual. Un buen ejemplo, fué un trabajo en el que una pareja de recién casados, tropezó con la sorpresa de encontrarse con una manifestación de indignados en plena liturgia. En vez de darles la espalda a los que se manifestaban, decidieron integrarlos en el montaje.
Un tratamiento artístico.
Son poquísimos, los que tienen la capacidad de hacer algo de verdaderamente interesante, entrelazando los simbolismos de una boda y el arte. Existen fotógrafos donde sus documentales, se distinguen por una utilización inteligente del blanco y negro, en el que prevalecen los grises medios; efectúan un tratamiento personal del color, escapan de los tonos chillones; utilizan encuadres que se salen de lo normal; y son capaces de hacer cosas, como transformar una escena en la que la luz juega en contra suya, en algo verdaderamente de interés.
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