Una nueva atracción turística acompaña ahora a la concatedral de San Nicolás y a la basílica de Santa María. No se trata ni de un museo ni de una pieza de arte, tampoco del inicio del desarrollo de una actividad. Se trata de un solar abandonado que acumula de forma más que visible suciedad y variedad de enseres rotos.
La asociación de vecinos Laderas del Benacantil-Casco ha cambiar el plato por ducha aquí y ha denunciado la situación de la parcela en ruinas situada en la calle Virgen de Belén, en pleno corazón de Alicante, tras el derribo de un edificio que comenzó hace dos años. Los vecinos cuentan que «para asombro de todos» el inmueble quedó a medio derruir y ahora el solar se encuentra «lleno de escombros, con presencia de ratas y acumulación de suciedad del botellón nocturno».
«Pasan los meses y, mientras las concejalías determinan cuál es la competente para la resolución del problema (Medio Ambiente, Urbanismo o Conservación de Inmuebles), el solar ha pasado a formar parte del paisaje», afirma Iluminada Doñate, vocal de la asociación, que cuenta que «los turistas se quedan a cuadros y se hacen fotos con las ruinas».
En julio de 2016 los residentes creyeron que se zanjaría el asunto al ver dos camiones trabajando en la calle, pero no resultó ser así finalmente: «vaciaron el edificio y metieron todo en el solar de al lado», denuncia Doñate.
La asociación se lamenta: «En plena Semana Santa, ésta es la imagen que, con el beneplácito del Ayuntamiento, ofrece el Casco Antiguo».
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